jueves, 9 de abril de 2009

F r a c t u r a

miedo a la pregunta clara

al rostro de frente


estado de movilidad aceptable

ventana que se mira en tonos caucásicos y marrones

trabaja como las horas descompuestas suizas

los libros que barajeas por las noches

sin encontrar el inicio adecuado para arullar los ojos secos


fracasos y caídas intentan romper la catenaria

escurre la espalda

rodillas sienten despellejarse como duraznos hervidos


carretillas del vaivén ruedan el transito

tropel atascando el cuello de botella

golondrinas trazando ruta para recordar el camino de vuelta al final


carrera del tiempo desteñido,

arrugado por las penas del corazón,

juego

decisiones y bullicio durante cientos de noches

mente indefensa a los subterfugios, abuso inverosímil


busto que no troncha vacio

parecido a las piernas de Mahoma

descansando

harto de huir al silencio de la montaña,

posdata y argumentos

de nada sirven si el carruaje real

no funciona en el triangulo concéntrico del cero


infructuoso recuperar las dudas,

olvido avanza adentrándose a la matriz

libre de aleteos desgranulados

la conformidad, la espera de que la tercera fase

nos reacomode

encontrando lugar plano para la ceguera,


visiones,

empeño que anhela desmantelar al ser de su poca razón, esa que nunca profesó el lado claro del sentido común; se vende vitalidad en partes, el telón devela al mundo falso, este que se ha construido a base de muros de silicio, plasma-nuestros nuevos ojos, gracia para aquellos débiles de mente, impotentes, de los sin vida, Roma se repite en el regocijo de quienes reciben con sonrisas descaradas el pan, los anuncios, el marketing, la felicidad ensalzada, sin culpa se atarragan de lo que es ausencia aquí fuera, de sus dolencias, de esclavitud reconocida por un fútil ser humano