domingo, 28 de junio de 2009

Julieta en espiral 02


Acerca la silla para tomar de la mesa el liquido blancuzco, fresco sabor para iniciar la mañana desvelada, como guarnición un libro cargado de terminologías y simbolismos poco precarios, el libro azul; unas cuantas llamadas antes para saber como estás, al igual que aquí pero con la simple diferencia que tu asiento es una periquera donde se dispones el juego revoltura de tus emociones; esa mujer que te acompaña es tan paciente y tierna que como quisiera estar con ella y contigo ahora mismo, posible si descontáramos tanta distancia entre este sitio y casa, esto se medita entre sabanas regadas al pie de la cama.
sabes algo cuando tuve tu edad la memoria como ahora se componía de imágenes y muchas palabras aunque logro recordar vagamente soplos de vida a través de ti; veo como es ella contigo, como te habla, como te atiende como da la vida por ti y ello me lleva a ese lugar del que fui extraído, donde mi memoria fue saqueada y con ustedes sigo adelante para ordenar esta enciclopedia perdida; con estas palabras planas veo como el movimiento flota sin preocupaciones, estallas en caoba vida cabellos rizados café casi oscuro como los de ella a su muy pequeña edad y como los míos casi recién salido del vientre de mamá grande; como deseo abrazarte tan fuerte, extrañarte pero estando cerca, quizá a una alcoba y yo con tu ángel guardián, con ella, pensando en que la noche será buena compañía, sin dormir por que se te ha ocurrido extrañarnos en el laberinto de los sueños, pero ahí bajo el mismo cielo raso.
como anhelo subirme nuevamente a ese tren, sentir navegar tocando la arena que se acumula debajo del mar, no tener que recibir descargas a través de silicio cada dos minutos; en lugar de ello tu voz diminuta tan tierna que me incite a correr sin detenerme hacia tus brazos y ella sujetando mi mano; deseo que estén conmigo a donde vaya y no dejar casa por mas de un par días, no quiero eso, necesito estar ahí mirando la pecera azul, alimentar la mirada, ver el estirón que habrás de dar y después nuestra voz quebrándose pues ya habrás cumplido un año mas, de verdad espero que algún día puedas recuperar mi memoria.