Has de vigilar nuevamente el extravió, ahora te toca silbar alaridos y correr proponiendo la ruta, marcando el paso para aclarar la mente; es tu turno dar el camino, el cambio de ritmo; álgidos mandamientos rutinarios, escombro a diario, por ello el paseo abstraído de los objetos comunes, dadnos la esencia y recordad aisladamente aquello, la noción propia, esférica beldad.